El empleo de frío y calor para las lesiones musculares es común, al igual que resulta muy común la duda sobre si el frio es mejor que el calor para determinados problemas musculo esqueléticos. Sabemos que los agentes físicos actúan modificando las propiedades visco-elásticas y biomecánicas del tejido conjuntivo, así mismo actúan también sobre la vascularización de los tejidos y sobre el sistema nervioso. Sabiendo todas las propiedades de la aplicación de frio y calor, podremos entonces incluirlos o no en el tratamiento de los pacientes con lesiones musculares.
El empleo de crioterapia es mucho más extenso que el de termoterapia en el ámbito deportivo y para lesiones musculares. Para lesiones agudas, la evidencia nos dice que el empleo de frio tiene buenos resultados, así como el empleo de calor en pacientes con lesiones crónicas, pero esto es a grandes rasgos, veamos que hay detrás de esto y que nos dice la literatura sobre el empleo de frio-calor.
Según la Academia Americana de Cirugía Ortopédica (AAOS), una de cada siete personas americanas sufre lesiones musculares, lo que supone un coste anual de 215 mil millones de dólares. [1]
Las formas de aplicación tanto de frio como de calor son dispares. Para el empleo de crioterapia se puede aplicar con bolsas de hielo, cold-packs, toallas, criomasaje, sprays, geles, baños fríos…etc.[2]. Son opciones de auto-tratamiento baratas, fáciles y seguras para muchos problemas dolorosos comunes, aun así su mal uso puede desencadenar en algún daño menor (por ejemplo, el calor puede agravar procesos inflamatorios o el frio pudiendo agravar síntomas como opresión y rigidez).
El calor y la inflamación son una combinación particularmente mala. Si se agrega calor a una lesión nueva, tenga cuidado, ya que probablemente esté ocurriendo un proceso natural como es el inflamatorio (visita nuestra entrada de Inflamación para mas información.
La crioterapia está indicada en lesiones postraumáticas agudas, alteraciones que cursan con dolor y procesos inflamatorios. [2]Se ha demostrado que es más efectivo el uso de crioterapia frente al uso de termoterapia después de lesiones de tobillo (muy común su practica en el esguince de tobillo, las 36 horas después de una lesión muscular, tras la artroscopia de rodilla se ha visto que la combinación de hielo y ejercicio durante la semana después de la intervención disminuye el dolor y el consumo de analgésicos, y en postoperatorios de lesiones de hombro presentan también mejoría en cuanto a dolor, calidad de sueño, y tiempo de recuperación. [3]
Estudios demuestran que el uso de inmersión en frio (baños en frio, con una temperatura <15ºC) ayuda a prevenir las lesiones musculares después del ejercicio, mostrando mejores resultados que el reposo o el placebo, aunque tampoco muestra gran diferencia con la inmersión en baños de agua caliente o baños de contraste. [4]
En cuanto a los efectos bio-fisiológicos de la crioterapia (Fig 1):
Las formas de aplicación de termoterapia tienen fundamento en las propiedades de conducción, convección, radiación. Puede aplicarse mediante hot-packs, hidroterapia con agua caliente, infrarrojos, radiación UVA, aire seco caliente, compresas…etc. [7]
El incremento de temperatura provoca un aumento del aporte sanguíneo a la zona de la lesión, provocando un mayor aporte de proteínas, nutrientes y oxígeno para facilitar la recuperación tisular. Así mismo cuando aumentamos la temperatura, por cada grado que se aumenta, se incrementa el metabolismo celular en un 10-15%. (Fig1) [1]
La aplicación de calor tiene efectos sobre centros superiores provocando un efecto analgésico y de bienestar. Esta demostrada su eficacia en dolor lumbar (https://fisiosite.com/patologias-tratamientos-fisioterapia-listado/lumbalgia) agudo y en el dolor menstrual. [1] Se ha demostrado también la efectividad en la inflamación crónica. [6]
Fig 1. Efectos bio-fisiológicos de la aplicación de frio y calor en lesión muscular.
FRIO |
CALOR |
|
Dolor |
||
Espasmo Muscular |
||
Metabolismo |
||
Vascularización |
* |
|
Edema |
||
Inflamación |
||
Extensibilidad tisular |
*: Precaución con la vasodilatación reactiva
Los usos ideales del hielo y del calor son casi iguales en potencia, que no es muy alta cuando se usan con fines analgésicos. La razón para usarlos no es que sean tratamientos altamente efectivos, que rara vez lo son, sino porque son muy baratos, fáciles y seguros en su mayoría, especialmente comparados con muchos otros tratamientos populares.
Algunos experimentos han demostrado que ambos tienen sólo beneficios leves, y esos beneficios son aproximadamente iguales en el tratamiento del dolor de espalda. Garra G y cols. en 2010 compararon la efectividad de estos dos tratamientos comunes, aplicación de frio y de calor, en la espalda para tratamiento del dolor. Todos los participantes (n=60) del estudio recibieron 400 mg de ibuprofeno por vía oral y luego a 31 de ellos se les ofreció media hora de termoterapia, mientras que a los 29 restantes se les ofreció crioterapia.
Los investigadores concluyeron que agregar calor o frío a la terapia con ibuprofeno no cambió el resultado[8]. Tanto el calor como el frío dieron como resultado una «mejoría leve y similar en la gravedad del dolor». Ellos recomiendan que «la elección del tratamiento de calor o frío debe basarse en las preferencias y disponibilidad del paciente y del profesional».
La conclusión es, si vamos a utilizar frio y calor como medidas analgésicas, y teniendo en cuenta todo lo hablado anteriormente, utilizar lo que a uno le siente mejor. Su propia preferencia es el desempate y probablemente la consideración más importante. Por ejemplo, en personas reacias al frio, la aplicación de crioterapia no será una buena opción.
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Es de valor toda la información de éste artículo. Muchas Gracias.