El trastorno temporomandibular (temporomandibular disorder – TMD en inglés) es definido como un proceso patológico, dentro del dolor orofacial, relacionado con los músculos masticadores, la articulación temporomandibular (ATM) y sus estructuras asociadas. Los síntomas de este trastorno pueden englobar dolor, bloqueos de la mandíbula, “click” al abrir o cerrar, dolor y tensión en el músculo temporal, masetero, pterigoideo externo e interno, así como de la musculatura cervical: esternocleidomastoideo, trapecios, suprahioideos, además de acuífenos o zumbidos en los oídos, bruxismo y trastornos posturales.
Nuestros pacientes en ocasiones acuden a consulta por los síntomas propios de la articulación temporomandibular, a veces después de haber acudido al dentista o al médico, sin haber recibido una valoración de otras regiones asociadas, con una férula de descarga y sin haber recibido un tratamiento manual. En otras ocasiones, las más contadas, los pacientes acuden con cervicalgia y según vamos indagando y explorando, el tratamiento finaliza en la articulación temporomandibular. Es evidente que existe una estrecha relación.
En general, el dolor orofacial y en particular el trastorno temporomandibular es un problema que afecta a gran parte de la población, con una prevalencia de entre 3% y 15%, mayoritariamente a las mujeres frente a los hombres (relación 2:1) y para ser reconocido como tal debe ser padecido más de 15 días al mes, de manera continua o en episodios de al menos 4h durante más de 3 meses.
La articulación temporomandibular es una articulación bicondílea formada entre el hueso temporal del cráneo y la mandíbula. Entre las dos superficies articulares encontramos el menisco, que aumenta la congruencia de la articulación y reparte las presiones.
Los músculos que se insertan en la rama horizontal de la mandíbula (musculatura de la mímica) son el triangular de los labios, el platisma, el buccinador y el cuadrado del mentón. En la rama vertical encontramos la musculatura de la masticación: el masetero y el temporal.En la cara interna encontramos la musculatura de la lengua y musculatura hioidea: genigloso, genihioideo, milohioideo y digástrico, así como la musculatura de cierre: pterigoideo interno y temporal.
Los movimientos de la mandíbula son movimientos de apertura y cierre, lateralidad y protusión-retropulsión
A nivel nervioso, debemos hablar del nervio trigémino (V par craneal). El trigémino se encarga de la sensibilidad de la cara y posee una pequeña rama motora que inerva los músculos masticadores y el vientre anterior del músculo digástrico.
Podemos ver, según el libro: Gray, anatomía para estudiantes, que la región del cuello está delimitada por la mandíbula en su parte superior y por la última vértebra cervical en su parte inferior. Evidentemente, es una descripción anatómica, y no funcional.
La musculatura de éste área (así como de casi todas las del cuerpo) debe considerarse como un todo en uno, ya que los trastornos de la mandíbula pueden ocasionar disfunciones en el compartimento anterior, lateral y posterior de la cabeza, y viceversa. A nivel miofascial recordemos que tenemos presentes los músculos temporales, maseteros, pterigoideos externo e interno, esternocleidomastoideo (principal en la conexión mandíbula – complejo cervical), trapecios y suprahioideos. La fascia cervical superficial se inserta en las apófisis espinosas y en el gran ligamento de la nuca, hacia arriba en el periostio de la protuberancia occipital externa y en las apófisis mastoides de los huesos temporales. El plano fascial intermedio recorre los músculos infrahioideos y el plano profundo rodea músculos como el largo del cuello o los escalenos.
Recordando estas relaciones miofasciales podemos entender muchos de los procesos que sufren nuestros pacientes y redirigir nuestro tratamiento.
Entonces, ¿cuáles pueden ser las causas de la disfunción? Como en todas nuestras valoraciones, debemos evaluar exhaustivamente al paciente para llegar a la causa del dolor y la falta de movimiento. ¿Es una disfunción de la articulación temporomandibular primariamente? ¿Es una disfunción cervical que ha degenerado en un trastorno mandibular o viceversa? Es cierto que este trastorno puede estar provocado por tratamientos dentales o infecciones en la cavidad bucal (caries, ortodoncias…), artritis de la articulación, disfunción de los músculos de la masticación, oclusiones incorrectas, traumatismos o luxaciones, ansiedad y estrés (provocan bruxismo), disfunciones del trigémino y además, todo lo relacionado con la columna cervical.
En el próximo post sobre trastorno temporomandibular hablaremos sobre la exploración y el tratamiento.
Drake R, Vogl W, Mitchell A, Anatomía para estudiantes. Gray anatomía para estudiantes. Madrid: Elsevier; 2005.
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3 Comments
tengo este problema daria la vida por un tratamiento
¡Gracias por escribir en el blog de fisiosite!Acuda a su fisioterapeuta y ponga en su conocimiento los problemas que tiene, en algunos casos podrá ayudarle.
Una asimetría mandibular ( lado 1cm más largo que otro) puede tener relación con dolores de cuello, trapecio, etc?