Muchos pacientes acuden a las consultas de fisioterapia o centros deportivos con el diagnóstico médico de condromalacia rotuliana, cursando con fuertes dolores de rodilla y con una prescripción: fortalecer el cuádriceps. ¿Esto es siempre así? ¿Qué tipo de patología patelar podemos encontrar? ¿Es siempre debido a una descompensación en el cuádriceps? En este post vamos a hablar brevemente de las patologías de la rótula y sus causas.
La condromalacia rotuliana es de las afecciones más frecuentes en el diagnóstico del síndrome doloroso anterior de la rodilla. Significa básicamente degeneración del cartílago articular (disminución de los mucopolisacáridos sulfatados), comenzando desde fisuras leves hasta la pérdida completa del cartílago y erosión del hueso condral subyacente.
Generalmente esta afección comienza por la cara medial e inferior de la rótula, y puede extenderse al resto de la superficie articular.
Es muy común y predomina en la tercera y cuarta década de vida por multitud de factores, sobre todo por el aumento de cargas tras un descentraje rotuliano. Presenta mucho desconocimiento por su biomecánica articular compleja, siendo en numerosas ocasiones mal diagnosticada, ya que muchos dolores en la zona patelar son diagnosticados como condromalacia cuando no existe pérdida de cartílago, y al contrario, muchos pacientes con condromalacia rotuliana no sufren ningún tipo de dolor ya que el cartílago carece de inervación, por lo que el dolor es provocado por un fenómeno secundario.
Para entender mejor este tipo de patologías, vamos a recordar la cinemática femoro-patelar.
La rótula tiene la función de ayudar a la extensión de rodilla al aumentar el brazo de palanca del cuádriceps y también distribuye las fuerzas de compresión sobre el fémur.
En el plano sagital actúan dos fuerzas sobre ella, por un lado el cuádriceps y por otro el tendón rotuliano. Al extender la rodilla, ambas se neutralizan pero al flexionarla, la rótula impacta contra el fémur, siendo esta fuerza aproximadamente de un tercio del peso corporal en la flexión de 90º de rodilla, pudiendo entender así los síntomas dolorosos que presentan los pacientes en esta posición.
En el plano frontal tiene gran relevancia el ángulo Q, formado por la intersección en el centro de la rótula de dos líneas: la superior que se dirige desde la espina ilíaca anterosuperior y la inferior que va desde la tuberosidad de la tibia. Este ángulo varía de 8 a 12º en hombres y de 15º a 18º en mujeres.
Muchos autores coinciden en la dificultad de diagnosticar los cuadros clínicos que provocan dolor patelar: hiperpresión externa, inestabilidad rotuliana, condromalacia rotuliana, artrosis femoro-patelar, osteocondritis disecante de la rótula y otras (bursitis, tendinitis…)
Biomecánicamente, estos procesos pueden estar producidos por:
Es importante realizar una historia clínica completa, recogiendo todos los datos relacionados con el dolor del paciente, y un examen físico, estudiando la estática y la dinámica, realizando pruebas ortopédicas, observando la postura, la marcha y palpando las estructuras musculoesqueléticas, incidiendo en un diagnóstico diferencial que descarte lesiones ligamentosas, tendinosas o de meniscos.
Radiológicamente suelen presentarse rodillas normales, sin signos relevantes, aunque es interesante valorar la posición alta o baja de la rótula.
En una fase aguda, el principal objetivo es el tratamiento del dolor y la inflamación en el caso de que existiese; en una fase subaguda-crónica, el tratamiento irá dirigido a disminuir o eliminar la causa que provoca el cuadro clínico (trabajo de cuádriceps, alineación corporal, propiocepción, relajación del tono muscular, movilización articular de la rótula, etc)
Como vemos, es imprescindible encontrar las causas que provocan estos síndromes para orientar el tratamiento de fisioterapia, ya que como hemos comentado al principio, el hecho de que haya un diagnóstico de “condromalacia” no siempre es correcto ni indica esta patología, o puede ser que ésta haya sido provocada por fallos biomecánicos mantenidos en el tiempo.
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2 Comments
Buenos días,
Me diagnosticaron condromalacia rotuliana en la rodilla derecha. Tenía unos dolores muy agudos, tipo latigazo insoportables pero me dijeron que como no era operable pues ahí me quedaba. La solución: que tomara antiinflamatorios. Llevo cerca de un año que no tengo ese dolor en la rodilla pero desde hace un mes tengo ese mismo dolor (el mismo tipo, agudo, como cuando te da un latigazo en la boca, en las encias) pero desplazado hacia abajo. Es decir en vez de tenerlo localizado en el lateral derecho de la rodilla derecha ahora se encuentra más abajo.
¿Puede ser que como indican aquí no fuera condromalacia rotuliana? y en ese caso, les agradecería me orientasen qué puede ser y sobre todo qué se puede hacer porque he empezado con los mismo dolores pero en esa «nueva localización».
Muchas gracias.
Gracias Sara por escribir en el blog en Fisiosite. En referencia a su consulta nos pondremos en contacto vía email para poder contestar su duda. Un saludo.