Dos personas, A.A y B.B, ambas presentan una hernia Lumbar (radiológicamente similares), justo a nivel de L3-L4, ambos tienen la misma edad, ambos son Administrativos. Por el momento todo igual, hasta que se les pregunta por su dolor, entonces A.A valora en la escala EVA (Escala Visual Analógica) un 3/10, mientras que B.B señala que su dolor es de 8/10. Además, se les pasa también la escala de Discapacidad de Oswestry, encontrándonos que A.A tiene una limitación funcional mínima, mientras que B.B presenta limitación funcional moderada.
Podríamos seguir sacando pruebas y diferencias entre lo que aparentemente es la misma patología en dos casos con pacientes aparentemente similares (edad, sexo, patología…), pero es que realmente no son dos pacientes iguales. Tiene que haber algo más allá de la propia patología, algo mas allá de la propia hernia.
Es aquí, cuando tomamos entonces conciencia del modelo Biopsicosocial:
”Una alteración bioquímica no siempre se traduce en enfermedad. Ésta aparece por la interrelación de diversas causas, no sólo moleculares, sino también psicológicas y sociales.” G.L. Engel 1977
Estamos hablando de que ya en el año 77, se empezaba a tener en cuenta, que las patologías tienen componente no sólo biológico sino también psicológico y social. Hablando del dolor, la revista PAIN en 2016 sacó una actualización de la definición del dolor: Experiencia angustiosa asociada con daño tisular actual o potencial con componentes sensoriales, emocionales, cognitivos y sociales.
Es entonces, deber del fisioterapeuta, conocer e identificar todos aquellos factores que estén relacionados con el problema del paciente, hablamos de los factores psicológicos y sociales. Esto no se puede hacer con las manos, por lo que tendremos que emplear cuestionarios.
En esta entrada, el tema a tratar es la Educación Terapéutica, educación que tiene como objetivo la modificación de actitudes, conocimientos y comportamientos de salud a través del empoderamiento de las personas sobre su problema de salud.
Estas actitudes y conocimientos se ven implícitos en patologías crónicas, donde las personas deben adaptarse al nuevo entorno, existiendo la necesidad de aprender a manejar, de manera autónoma, su patología. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el objetivo de la educación terapéutica es “Ayudar al paciente a adquirir los recursos necesarios para gestionar óptimamente su vida con una enfermedad crónica”.
La Educación Terapéutica podríamos decir que tiene como objetivo empoderar al paciente, y darle por tanto un papel activo en la terapia (dejando atrás el vengo a que me cures, vengo a que me quites, vengo a que me…). Todo ello debe ser una negociación permanente entre los objetivos de la terapia y las necesidades del paciente.
“El empoderamiento, es un proceso educativo diseñado para ayudar a los pacientes a desarrollar los conocimientos, las habilidades, actitudes y grado de auto-conciencia necesaria para asumir efectivamente la responsabilidad de sus decisiones relacionadas con la salud, siendo un elemento clave de la educación para la salud. Para tener la capacidad de ejercer un mayor control sobre su salud, la población necesita disponer de la información, el conocimiento y la comprensión de dicha información. Esto le da confianza y la voluntad de afirmar el control. La alfabetización en salud también incluye la comprensión correcta en relación a la salud y el sistema de salud, y permite a los pacientes a comprender y actuar en su propio interés.”
(Kickbusch, 2004)
La educación terapéutica es por tanto una herramienta básica en el manejo de patologías crónicas, y con unos objetivos claros:
Estos objetivos mejoran el conocimiento por parte del paciente para gestionar su enfermedad, le proporciona habilidades para el manejo de su proceso, y facilita al paciente la toma de decisiones en su tratamiento.
Cuando hablamos de Educación Terapéutica, no deja de ser un proceso educativo, dentro de un contexto sanitario, pero un proceso educativo.
Según la pirámide de Edgar Dale, los procesos activos de aprendizaje ayudan a retener mejor la información y facilitan en proceso educativo. Esto puede ser de ayuda para los fisioterapeutas a la hora de hacer un programa de Educación Terapéutica.
La educación terapéutica se puede hacer tanto a nivel individual como en grupos. Ambas formas son igual de válidas para alcanzar los objetivos terapéuticos de esta técnica. A continuación se exponen las ventajas y dificultades de ambas formas.
VENTAJAS | DIFICULTADES | |
GRUPAL |
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VENTAJAS | DIFICULTADES | |
INDIVIDUAL |
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Para hacer Educación con los pacientes debemos tener claro que tienen que serlo, ser pacientes. Tenemos que tener claro que si lo que queremos es educar a una persona, en términos de salud, para prevenir patologías, estamos hablando de Educación Para la Salud, y es un proceso totalmente distinto.
Entendemos por Educación Para la Salud, las campañas que van dirigidas a la población general (campañas de vacunaciones, prevención de drogodependencias, prevención de caídas en población anciana…), son programas educativos que van enfocados al ámbito preventivo. En cambio, cuando hablamos de Educación Terapéutica estamos hablando de una herramienta de tratamiento dentro de las patologías crónicas, enfocado a mejorar la calidad de vida del paciente, y formando parte integral del tratamiento.
“Enseñar no es transferir el conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción”
– Paulo Freire.
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