Ya vienen los Reyes Magos… y, como fisioterapeutas ¿qué les hemos pedido en la carta? Nuestra profesión es cada vez más conocida y a la vez demandada por los pacientes, cada vez son más los estudiantes que se inician en esta bonita profesión, pero… ¿hemos crecido todo lo que creíamos? ¿estamos bien valorados dentro del sistema sanitario? ¿tenemos formaciones de calidad? Hoy concentramos en este post las principales preocupaciones de los fisioterapeutas y los temas que más se debaten en los Colegios Profesionales de fisioterapeutas, con un toque reivindicativo pero a la vez desenfadado, a ver si no nos traen carbón…
El intrusismo es el gran mal contra el que luchan muchos fisioterapeutas y en el que se están centrando los colegios profesionales de la mayoría de Comunidades Autónomas. La Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias, dice: “b) De nivel Diplomado: las profesiones para cuyo ejercicio habilitan los títulos de Diplomado en Enfermería, en Fisioterapia, en Terapia Ocupacional, en Podología, en Óptica y Optometría, en Logopedia y en Nutrición Humana y Dietética y los títulos oficiales de especialista en Ciencias de la Salud para tales Diplomados a que se refiere el título II de esta ley”
No somos médicos, ni entrenadores, ni ingenieros. Somos fisioterapeutas, utilizamos los agentes físicos como terapia, y formamos parte (aunque no todo lo que nos gustaría) del sistema sanitario. Últimamente hay muchas denuncias a los colegios de fisioterapeutas de “falsos terapeutas”: masajistas, osteópatas, etc, que con un curso de 6 meses ejercen la misma función que nosotros. Es importante denunciar estos hechos y hacerle saber a los pacientes la diferencia, recomendándoles que sólo vayan a fisioterapeutas colegiados.
Bueno, creo que esto lo ha pedido mucha gente… Con estabilidad laboral nos referimos a contratos de calidad. Nuestra profesión es una de las que menos paro tienen, debido a la alta demanda en centros privados, pero no siempre las condiciones son las mejores. Falsos autónomos, jornadas de más de 10 horas, convenios de peluquerías o centros deportivos, funciones de recepcionista, limpieza, repartidor… Entendemos que la situación actual es la que es, y no por el hecho de tener una carrera hoy en día en España implica tener un buen puesto de trabajo, pero en ocasiones viendo la facturación y la producción, y la formación del fisioterapeuta (Grado, Postgrados, Cursos…) las condiciones de trabajo dejan que desear.
Si estudiamos en una universidad pública, realizamos prácticas en hospitales públicos, pero a la hora de trabajar, pocas veces conseguimos llegar a ello. Somos profesionales sanitarios, pero pocas veces conseguimos ser reconocidos como tal. Se convocan oposiciones tras largos períodos de tiempo, y los que consiguen llegar a ocupar esas plazas son los fisioterapeutas que llevan años trabajando con contratos que se renuevan mes a mes (merecido lo tienen), pero pedimos un sistema que incluya a los fisioterapeutas en el sistema público no por nosotros, si no por nuestros pacientes.
Otro tema controvertido. Cada vez son más las facultades en las que se puede estudiar fisioterapia, y España es el país donde la formación universitaria en nuestro sector es de gran calidad. Pero, al salir, podemos realizar infinidad de cursos en escuelas privadas o en las propias clínicas, que muchas veces no están reconocidos por los Colegios, con docentes que en la práctica clínica son inigualables pero como profesores a lo mejor no cuentan con la metodología o pedagogía necesaria para compartir todos sus conocimientos, además de tener un elevado coste para los alumnos.
Los fisioterapeutas lo sabemos hacer todo, y lo queremos hacer todo… existen un montón de ramas en las que podemos trabajar: neurología, traumatología, reumatología, obstetricia y ginecología, fisioterapia respiratoria, cardíaca, infantil/pediátrica, “estética”, deportiva… pero como dice el dicho, el que mucho abarca… poco aprieta.
Si en medicina existen especialidades y el cardiólogo no trata pacientes con fracturas de peroné, ¿por qué nosotros sí? Es evidente que muchas veces la capacidad de derivar a otro compañero radica en el propio fisioterapeuta, y es de buen profesional hacerlo, pero en muchas ocasiones es el propio sistema el que obliga a los fisioterapeutas tanto en el ámbito privado (para atraer más pacientes) como en el público (independientemente de la especialidad, se encuentran fisioterapeutas tratando tanto pacientes respiratorios, como traumatológicos o de disfunciones de suelo pélvico sin tener en cuenta la especialidad), y es por ello que muchas agrupaciones, como por ejemplo la Sociedad Española de Neumología y Cirugía torácica (SEPAR) de están luchando por las especialidades, en este caso de fisioterapia respiratoria.
Creemos que es lo primordial. En España hemos avanzando mucho, hasta hace relativamente poco fisioterapia no era más que una especialidad de enfermería, y ahora podemos ser “Doctores en Fisioterapia”, pero, a veces, los títulos no lo son todo. Por ejemplo en Francia, donde el fisioterapeuta o “kinésitherapeute” es reconocido por pacientes y médicos, está integrado en el sistema sanitario (tanto en hospitales como en clínicas), es un profesional de referencia y los médicos derivan a los pacientes al fisioterapeuta, no existe el Grado en Fisioterapia como lo entendemos aquí, ni realizan Máster Universitarios porque es una formación diferente a un Grado o Licenciatura, que se realiza en un Colegio (École) privado. En cambio, aquí en España, con todo el avance dentro del sistema universitario, a la hora de la verdad muchos pacientes no conocen la función real de un fisioterapeuta y lo que creemos que es peor, muchos compañeros sanitarios como médicos (sin entrar en debates, por supuesto no todos) han tirado públicamente por tierra nuestro trabajo delante de los pacientes e incluso en Redes Sociales. Creemos que la mejor manera de ayudar a nuestros pacientes es con un equipo multidisciplinar donde trabajemos en conjunto para mejorar la calidad de vida de las personas.
Por eso en nuestra carta a los Reyes Magos, como no sabemos si es mucho pedir, al menos pedimos poder seguir luchando por mejorar día a día esta bella profesión.
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